• Quien busca lo mejor,
    encuentra a Gaggenau

    Cuestionar y romper con lo existente si ello permite allanar el camino a nuevas
    e innovadoras ideas es el concepto de vanguardia que queda patente en todos
    los aparatos Gaggenau y subyace en los cuatro principios formales más importantes
    aplicables a todos ellos: son auténticos, esculturales, actuales y generosos.

El secreto mejor guardado:
nuestro esmalte.

Gaggenau ha fraguado con el paso del tiempo una habilidad muy especial: Desde que empezó con la creación de esmaltes, ha adquirido valiosas habilidades para la producción de sus hornos esmaltados. Hoy en día, el característico esmalte azul de Gaggenau es un distintivo de calidad. Su fórmula es el secreto mejor guardado de la marca.

El proceso consiste en moler pequeñas placas de vidrio, óxido y aditivos químicos, mezclarlos siguiendo una receta secreta y rociar el horno con una capa de considerable grosor del producto resultante.

Esta mezcla especial no solo ilumina el interior de nuestros hornos con el característico color azul de Gaggenau, sino que permite la llamada autolimpieza pirolítica, gracias a la cual puede eliminarse sin esfuerzo la suciedad persistente.

Quien busca lo mejor,
encuentra a Gaggenau.

Los aparatos Gaggenau son auténticos y actuales en cada detalle. Auténticos en la elección de materiales, actuales en su lenguaje formal. Y es que solo utilizamos materiales estéticos y con una larga vida útil: acero inoxidable, aluminio, latón, hierro fundido, esmalte y cristal. De este modo conseguimos que cada aparato tenga un tacto único y pueda convencer a través de formas que se corresponden exactamente con su carácter.

El exigente diseño de los productos también tiene siempre en cuenta la adaptación de los aparatos al espacio, un factor que es hoy en día más importante que nunca, ya que las cocinas se posicionan cada vez en el centro de nuestras vidas en el sentido arquitectónico. Con un lenguaje formal que convierte los aparatos en objetos de aire escultural, conferimos a nuestros productos una acertada grandeza.

Perfección
hasta el más mínimo detalle.

En el centro de fabricación de hornos a vapor que Gaggenau tiene en Lipsheim, localidad sita en Alsacia (Francia), muchos pasos se realizan todavía a mano. La precisión y la limpieza son dos aspectos fundamentales en el montaje de los componentes, hechos de materiales de altísima calidad.

En la sala blanca de la empresa nace una de las estrellas de la nueva generación de aparatos: el display de funciones con pantalla táctil de TFT. Para terminar, cada aparato se somete a exigentes tests con los que se comprueba el sistema electrónico y el correcto funcionamiento del aparato. A título informativo cabe mencionar que la comprobación de la fase de calentamiento y de la producción de vapor dura aproximadamente 20 minutos.